viernes, 2 de octubre de 2009

ESPAÑA

En España, el costumbrismo sexual ha experimentado una evolución
extraordinaria en estos últimos años. Antaño sólo podía citarse el mundo,
siempre limitado, de la prostitución y el escándalo de algún que otro adulterio.

Actualmente, el turismo y el aumento paulatino del nivel de vida han con-
movido la panorámica de la moral sexual_española. La juventud no tiene
prejuicios y se ha liberado de muchas actitudes antes tradicionales. El tabú
sexual ha iniciado su retirada y, como lógica reacción, ha aumentado la
diversidad y la extensión del costumbrismo sexual.

Hasta hace muy pocos años, y de ello existen aún más que abundantes
huellas, la sexualidad era considerada en España como un tema totalmente
intocable. Freud, a quien la Ciencia debe el reconocimiento de la impor-
tancia que la sexualidad posee en la vida psíquica del hombre, y de cuya
obra partió el actual impulso de las investigaciones Sexológicas, era consi-
derado por muchos poco menos que la encarnación del espíritu del mal.

Hace aún no más de diez o quince años era frecuente leer en periódicos,
revistas y libros, dedicados a los no especializados, con motivo de la crítica
comentario acerca de alguna película, obra teatral, teorías científicas,
etcétera, manifestaciones no ya Sólo despectivas sobre la obra freudiana,
sino en las que incluso se daba por supuesto que su vigencia había pericli―
tado por completo, y ello precisamente en la época en que en toda América
y después en Europa, comenzaba el más formidable empuje del movimiento
psicoanalítico. Aun hoy, gran parte de las esferas de la ciencia oficial espa-
ñola permanecen impermeables al psicoanálisis, siendo esta resistencia, pro-
bablemente, debida a la impresión de que el psicoanálisis se ocupa excesiva-
mente de los asuntos Sexuales.

Por otra parte, no se han realizado aún investigaciones científicas de tipo
estadístico sobre problemas sexuales, tal como vienen practicándose desde
hace ya muchos años en otros países. Este tipo de investigaciones son miradas
en España con gran recelo, y probablemente es aún necesario que la menta-
lidad de las gentes se modifique bastante antes de poder iniciarlas.

Sin embargo, ello no quiere decir que, dejando aparte la sexología como
ciencia, el tema sexual sea en España menos frecuente que en otras nacio-
nes, por lo que se refiere a la sexualidad como tema de conversación coti-
diana, chistes, etc. Por el contrario, las conversaciones, expresiones y giros
sexuales del lenguaje son, en ciertos ambientes, extraordinariamente frecuen-
tes. Esto, a cuya causa nos referiremos después, es tal vez uno de los motivos
que dificultan las investigaciones científicas de la sexualidad en España, ya
que es difícil tomar en serio, como objeto de estudio o investigación, aquello
que se halla diariamente en la boca de muchos como interjección o como
objeto de chanza y pasatiempo.

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