viernes, 2 de octubre de 2009

ITALIA

En Italia, el costumbrismo sexual más notable es un nuevo tipo de pros-
titución industrializada que ha surgido a los ocho años de la "ley Merlin".

Según las estadísticas más recientes, actúan en Italia un millón de prostitu-
tas, l00 000 de las cuales están en Roma. Suele creerse que una gran mayoría
de las prostitutas romanas Sigue trabajando mediante la técnica del "paseo"
por ciertas calles ya conocidas; pero la realidad, no siempre es ésta. Actual-
mente, la mayoría de ellas no Sale de casa, porque tienen teléfono. El timbre
ha sustituido ventajosamente al guiño de conformidad de la prostituta Soli-
citada en la calle por el eventual cliente. Las busconas se han transformado
en masajistas. De todas maneras, quedan un no escaso número de busconas,
pero se han alejado de la ciudad y de sus calles y han hecho acto de presen-
cia en las carreteras de la periferia urbana, en donde pueden camuflarse
mucho mejor. Este tipo de mujeres constituye la prostitución de más bajo
nivel y se calcula que hay en Roma 6000 de ellas.

Existen diversos tipos de prostitución que operan en medios insospe―
chados. Por ejemplo, las jóvenes prostitutas que buscan a sus clientes entre
las multitudes. Esta especialización profesional esta favorecida enormemente
por la vasta difusión de los deportes de masas. En los grandes partidos,
neralmente hay unas 2000 prostitutas mezcladas entre la multitud.

Ultimamente ha experimentado un gran incremento la Categoría de
prostitutas viajeras: son las que van de una Ciudad a otra, siguiendo un iti-
nerario fijo. Otra categoría, prácticamente nueva es la de algunas que
únicamente tienen su campo de trabajo en los constantes viajes, bien de tren
o bien de avión. Las primeras consiguen sus clientes entre los amigos de
viaje ――­l2l1"gOS viajes, (ZOU pOCZlS p21I`3.d2lS, por eje,mplo de norte 3.
versa—, para lo cual aprovechan el tiempo que les da el largo camino a
través de las innumerables estaciones que jalonan las líneas férreas italianas.

Las segundas, realizan de dos a cinco viajes aéreos al día, cumpliendo su
cometido en los moteles que hay cerca de los aeropuertos o en los hoteles
diurnos de los mismos. Hay veces que no salen del aeropuerto en mucho
tiempo. Las tarifas de estas prostitutas son muy elevadas, pero la edad y la
"clase" compensan el precio. Sólo entre Fiumicino y La Malpensa parece
que actúan un centenar de estas prostitutas aéreas. Tienen amigos fijos, con
los que se citan periódicamente por razones de °°neg0cioS°°.

Durante 1966 tuvo mucho auge la prostitución en los cruceros náuticos,
sobre todo en las cortas travesías (de l5 a 20 días). Su centro de actividades
está en Génova v las principales sucursales en Venecia, Nápoles v Palermo.

El conjunto de este tipo de prostitutas arroja un total de 3000, v sus ganancias
por crucero casi nunca son inferiores a los 2 ó 3 millones de liras.

Otras prostitutas encuentran sus clientes en los congresos científicos,
médicos, culturales, publicitarios y comerciales. Estas muchachas se docu-
mentan previamente utilizando las revistas especializadas en los temas del
congreso al que piensan asistir, compran los diversos boletines financieros
de las cámaras de comercio e industria, y están al corriente de los congresos
anunciados en el curso del año. A esta misma categoría pertenecen las que
no se pierden ni un festival cinematográfico o de la canción, o las que acu-
den a las ñestas de concesión de premios literarios o artísticos. También
visitan los salones internacionales del automóvil.

Hay en Roma asimismo otro tipo de prostitutas llamadas "mimetizzate"
fcamuíladas) que operan bajo la tapadera de una profesión nada soSpe—
chosa: pueden ser empleadas, mecanógrafas, encargadas de grandes alma-
cenes, vendedoras en "boutiques", etc. Las prostitutas motorizadas de Roma
son unas 3000 y están ñchadas por la policía una a una. Son las que prac―
tican la búsqueda utilizando sus coches, generalmente a lo largo de la Via
Salaria.

Ôtro ípmbićxmä que presenta en este aspecto la ciudad de Roma es el de
los homosexuales: en un solo año, la policía ha detenido y encarcelado a
1660. Además, la relación homosexual ha servido de vehículo insospechado
de todas las enfermedades venéreas. l\luchos jovencitos ——principales víc—
timas de los homosexuales- están contagiados sin saberlo. Abunda mucho
la prostitución homosexual.

En Milán también se ha apreciado un aumento de las enfermedades
venéreas. Desde l058 hasta hoy han aumentado en la proporción del 78%
extendiéndose más especialmente entre la clase obrera. En Milán se calcu-
lan cerca de 30 000 prostitutas y, según Ducrey, un 25 ‛Ž/Ò de ellas presenta
problemas venéreos. Las prostitutas fichadas se elevan a 6000; las flotantes
han escapado al recuento y las camufladas llegan a l5 000. Se cuenta una
prostituta por cada 200 habitantes. En häilán, la prostitución ha invadido
la ciudad.

El horario de la prostitución milanesa es completo. Por la mañana tra­
bajan las veteranas del oficio (sobre los 45 años). Se trata de un turno po-
pular, tanto por las tarifas como por la brevedad del contacto con el cliente.

Los clientes de este turno son de las más diversas procedencias de la escala
social (soldados, obreros, emigrantes, empleados, viajantes, gente que va
de paso, etc.). Sobre las dos de la tarde empieza el turno de los ricos: entran
en escena las "taxi―girls", así como la organización de las llamadas o de las
citas telefónicas.

Un millar de prostitutas se apostan cerca de la estación central, o en
algunos rincones de los grandes pasillos de dicha estación (il Cordusio, il
Cadorna, por ejemplo) y realizan turnos espaciados. Esta industrialización
de la prostitución, correspondiente al "boom" milanés, ha hecho que la más
elemental higiene de los actos proxenéticos fuese suprimida en pro de la rapi-
dez y la atención al mayor número posible de clientes. Existen también las
prostitutas que rebasan los 60 años: son las que frecuentan la famosa zona
llamada "fossa dei leoni", en el sector del parque de Milan, que es una espe-
cie de largo y oscuro declive que se halla más o menos en el centro de dicho
parque. Estas viejas prostitutas son llamadas, en el argot milanés, "barbon­
cine" (las barbudas). Generalmente se trata de pobres alcoholizadas que
pretenden enmascarar de este modo el horror de su vida.

Pero, lo más asombroso de la prostitución milanesa esta constituido por
el gran número de chicas de buena familia que se dan a la "vida", y por el
elevado porcentaje de menores que en los últimos 5 años han incrementado
en un 90 0/0 el número de las flotantes. Este fenómeno esta ligado a la mayor
libertad que actualmente goza la juventud europea, sumado a la promiscui-
dad sexual y al señuelo de la facilidad de las ganancias que les permiten
pagar unos caprichos que de otra forma serían inasequibles para ellas.

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