miércoles, 7 de octubre de 2009

U.R.S.S.

Muy interesante, sin duda, es presentar aquí el panorama del costum-
brismo sexual en la URSS. Cuando estalló la revolución marxista, en reali-
dad no había ni la mínima unidad doctrinal sobre la vida sexual, entre los
marxistas. Sólo se estaba de acuerdo en que el matrimonio de la sociedad bur-
guesa estaba echado a perder por la iníluencia capitalista, y en que, con la
supresión de la propiedad privada, tendría que desaparecer la explotación
humillación de la mujer por los matrimonios de interés, por la esclavitud
doméstica e incluso por la misma prostitución. Se trataba, pues, de separar
la economía del sexo. Se debía volver a una vida sexual natural y sencilla-
mente fisiológica. La intención era aceptable, pero insuficiente para fundar
sobre ella todo un Orden seXual.

Tanto Marx como Engels defendieron la monogamia; pero Engels no
creía que el amor durase igual en todas las parejas. El matrimonio, por lo
tanto, estaba condicionado a la duración del amor. Entonces, habría que
roceder al divorcio' así Se evitaba el osible v futuro adulterio. Lenin Se
declaró partidario de la monogamia. Pero luego, a partir de l924, la induS­
trialización y la colectivización hicieron que, por motivos laborales, los ma-
trimonios Se separasen y pasasen meses, y a veces años, Sin verse, lo que ori-
ginó el florecimiento de los concubinatos y, con la crisis de la vivienda, la
promiscuidad. El matrimonio pasaba una etapa de autodisolución. A par-
tir de 1927 la comunidad Sexual libre fue equiparada a la comunidad con-
yugal por la legislación matrimonial. El marido que vivía con otra mujer
no tenía que pedir su consentimiento, a efectos de divorcio, a su legítima
esposa, ni que hacer ningún complicado trámite. Bastaba una simple decla-
ración en la oñcina del registro. Semanas después, la esposa recibía una
comunicación oficial en la que se le hacía saber que su esposo se había divor-
ciado de ella. Este procedimiento era válido igualmente para la esposa que
quería divorciarse de su marido. La oficina del registro, tras una simple
demanda, se ocupaba ya de todo. Esta fue la célebre época de las "Tarjetas
postales de divorcio".

Esto condujo a una disminución extraordinaria de la natalidad y enton-
ces el Estado que, por razones internas de economía y eXternas de defensa,
necesitaba obreros y soldados, dispuso que el matrimonio tenía que ser algo
duradero. Así, en 1936 las oficinas del registro civil sólo podían convalidar
el divorcio cuando mediaba el eXpreso consentimiento de las dos partes.

También se gravaron las costas de los divorcios de una forma fiscal, pasando
de los 50 rublos para el primer divorcio a los 300 para el tercero. En 1944
el divorcio se hizo mucho más difícil, pues los gastos por tramitación subie-
ron a 2000 rublos, aparte la mala reputación que cobró entonces el indivi-
duo divorciado. Además, debía intervenir en el divorcio el Tribunal del
Pueblo.

La miseria que padeció Rusia en las postguerras condujo a una legisla-
ción tendente a la libertad de aborto. Pero, en el fondo, era una necesidad
de la mujer para obtener una total independencia y libertad. Querían el
embarazo libre, no impuesto por la acción del hombre. En 1920 quedó
autorizado el aborto en un país tan enorme como Rusia, con la única con-
dición de que fuese practicado por médicos y en los hospitales del Estado.

Este decreto estuvo en vigor 16 años. En 1936 se prohibió el aborto. En 1954
se suprimió la responsabilidad legal de la mujer embarazada en caso de aborto,
y en 1955, se anuló de nuevo la prohibición de abortar. En la exposición
de motivos de dicha decisión se hacía constar que el Gobierno no trataba de
estimular los abortos, sino, favorecer la maternidad. Pero que las medidas
tomadas en tal sentido, así como la conciencia de las madres rusas, hacía
ya innecesario que el Gobierno tomase decisiones coercitivas contra el aborto.

Toda madre era consciente de su deber. Actualmente, esta prohibido abor-
tar después de los 3 meses de embarazo.

La sexualidad en Rusia sólo es problemática cuando hay que elegir
entre procrear o abortar, o entre Seguir O no Seguir la determinada política
estatal sobre ello. El hecho en Sí de lo sexual esta desmitificado y deshuma-
nizado: es un acto fisiológico más, como podría ser el de sudar. La dialéctica
trimonios Se separasen y pasasen meses, y a veces años, Sin verse, lo que ori-
ginó el florecimiento de los concubinatos y, con la crisis de la vivienda, la
promiscuidad. El matrimonio pasaba una etapa de autodisolución. A par-
tir de 1927 la comunidad Sexual libre fue equiparada a la comunidad con-
yugal por la legislación matrimonial. El marido que vivía con otra mujer
no tenía que pedir su consentimiento, a efectos de divorcio, a su legítima
esposa, ni que hacer ningún complicado trámite. Bastaba una simple decla-
ración en la oñcina del registro. Semanas después, la esposa recibía una
comunicación oficial en la que se le hacía saber que su esposo se había divor-
ciado de ella. Este procedimiento era válido igualmente para la esposa que
quería divorciarse de su marido. La oficina del registro, tras una simple
demanda, se ocupaba ya de todo. Esta fue la célebre época de las "Tarjetas
postales de divorcio".

Materialista del marxismo no ve otra cosa en la conducta Sexual. Por lo tanto,
puede decir que el costumbrismo Sexual ruso es neutro y que su última
ğórlsideración es cuestión de reflejos, más o menos condicionados económi―
camente o políticamente.

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