miércoles, 9 de septiembre de 2009

Los primeros documentos sobre la vida Sexual

Esta pintura es típica de los prehistóricos pueblos cazadores en los que el animal domina la tarea el pensamiento del hombre en cuanto significa el peligro, el enemigo y el alimento a la vez. Según la creencia de muchos pueblos cazadores el éxito de la caza —depende de la potencia sexual del hombre. Estas relaciones entre sexo y caza se expresaron en estos dibujos de las cavernas, mereciendo una atención especial el hecho de que el cazador en el momento de lanzar su arma aparece en estado de excitación sexual. Pintura prehistórica de Montignac, Francia.

Algunos descubrimientos arqueológicos han tenido la fortuna de ofre-
cernos los primeros testimonios sobre algún aspecto de lo Sexual. La apari- ·
ción de estatuillas, o de objetos en los que se hallaban grabadas personas
desnudas, es la primera referencia al tema. Es cierto que estos testimonios
son mudos y que sólo podemos limitarnos a describirlos tal como se nos
aparecen ahora. Cuando, en agosto de 1908, un obrero descubrió cierta
estatuilla de once centímetros, estaba muy lejos de pensar que aquel objeto
había hecho un viaje de veinte mil años hasta llegar a sus manos. Pero pocas
consideraciones podemos hacer respecto a esta muestra, conocida por la
Venus de Willendorf. Su autor quiso representar la figura desnuda de una
mujer de formas monstruosas, con vientre enorme, senos voluminosos, om-
bligo horizontal, piernas regordetas y cortas, rodillas muy bien torneadas
y monte de Venus extraordinariamente abultado. Pero esta estatuilla poco
a nos dice de su autor; éste coincide con otros artistas del Paleolítico superior
en su insistente delectación en acusar las partes sexuales de la mujer. A partir
de este dato, se han formulado diversas teorías que, por el momento, no pue-
den ser contrastadas con ningún otro documento. Algunos hablan de que
estas estatuillas eran una representación de la maternidad, de la mujer en
su función más importante. Otros dicen que estas producciones abundarían
por un deseo de los hombres de ver desnuda a la mujer cuando tendrían
contadas ocasiones de contemplarla así, puesto que en aquella época el
clima era extraordinariamente frío, hasta el punto de que las gentes se vieron
recluidas durante largo período en las cavernas.

Existen otros documentos que presentan a la pareja humana realizando
el acto sexual. En una imagen esculpida en hueso, descubierta en la gruta
de Istúriz, en el país vasco, se representa a un hombre y a una mujer desnu-
dos; ella esta ante él, quien la contempla con mirada codiciosa. El artista
dibujó una flecha en el muslo de la mujer apuntando hacia el sexo.

Durante el largo período de los grandes fríos, las hordas debieron de
vivir desperdigadas y sin conexión entre ellas. El gran cambio tuvo lugar
a partir del deshielo, unos doce mil años antes de Cristo. La actividad hu-
mana traslada su objetivo de la caza a la cría de animales. Es posible que
en esta nueva etapa aparecieran las primeras observaciones sobre la gestación.

Según Jacques Pirenne, la idea de la fecundidad se asocia al culto agra-
rio, que habría de incorporarse al culto de la diosa madre cuando la agri-
cultura concluyese de lograr la estabilización de las poblaciones. Es probable
que la estabilización originara la aparición de la familia patriarcal, cuya
idea encontraremos en las parejas de dioses, puesto que, una vez asociados
la diosa de la fecundidad y el dios fecundante, éste parece adquirir rápido
ascendiente sobre la antigua diosa-madre.

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